siluetas que se confundían con el mar
una pureza única e insoslayable
penetrando con mis dedos estaba
hipnotizado con su majestuosidad
era el mar que me seducía eternamente
acariciaba, cuerpo a cuerpo eramos uno
gélida y transparente, mi caja resistía
unos momentos que se han tallado
en mi mente por toda la eternidad
Arcadio del Jesús Rondón Polanco
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